miércoles, 25 de mayo de 2016

Poesía de la madre Teresa de Calcuta

Nos encanta subrayar la importancia de nuestra labor educativa, al tiempo que reivindicamos el derecho y la necesidad de nuestros hijos a vivir su vida, a cometer sus propios errores y a encontrar su propio camino. Nuestros alumnos no tienen que ser como nosotros queramos ni conseguir los objetivos que nosotros tengamos propuestos, lo importante es que les guiemos para que ellos mismos puedan llegar a entender la vida desde su propia perspectiva, seguros de si mismos para poder tomar las decisiones correctas. Respetar y aceptar a cada alumno tal y como es, porque esa es la manera por la cual podremos llegar a conectar con ellos y que nos escuchen con aceptación puesto que han establecido un lazo de confianza hacia nosotros. Si no existen dos personas iguales en el mundo, lo mismo sucederá con los alumnos que nos encontremos  en nuestra vida, y por ello no podemos establecernos en una misma forma de enseñar, ¿No sería mas fácil que ellos nos enseñaran a enseñarles? y no solo a eso, a través de nuestros alumnos seguramente seguiremos aprendiendo nuevas cosas, o nos acordaremos de como nos sentíamos nosotros cuando éramos así, algo que podría estar mas que obsoleto en nuestra memoria. Sólo aquellos que sean capaces de improvisar y crear... Que sepan tener paciencia, cariño y esperanza en sus alumnos... Serán los grandes maestros. 

Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.

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